domingo, 16 de agosto de 2009

Hola... cómo estás? segunda parte

Despierto y veo la hora, es temprano aún y me acomodo en la cama, entonces vienes a mi mente y me emociona, pienso en la hora en que vendrás y me lleno de terror: no tengo ropa adecuada para ir a comer con un caballero. Traje solo ropa cómoda para este viaje. Empiezo a repasar mentalmente las piezas que conforman mi maleta y no encuentro nada que me guste...finalmente llega, es un vestido de manta, bordado con flores de colores y adornado con encajes, lo compré en Morelia, me encantó y se ve maravilloso.
Todos se van a Silao, yo me doy un hermoso regalo: voy al SPA para que me traten como reyna, yo me lo merezco y tu lo disfrutarás...
Me siento renovada, las horas pasaron suaves, lentas, lo disfruté tanto, finalmente bajo al loby del hotel para esperarte y.... oh sorpresa!!! ya estás ahí... me miras con ojos de admiración, te complace verme y me sonries ampliamente... es verdad lo que dices mi vestido es hermoso, una obra de arte de las manos de esas mujeres mexicanas que con el bordado ayudan a mantener a sus familias... es mas que un vestido, es una historia y queda en la historia de nuestras vidas.
Preguntas que deseo comer... no lo había pensado, solo deseaba volver a verte y conversar como anoche. Finalmente tu decides y vamos allá, traes un carro muy bonito préstamo de tu amigo, realmente me soprende que manejes tan bien por estas pequeñas calles de Guanajuato, y das tu explicación: tienes los últimos 6 meses viniendo por este proyecto que manejas con la universidad y has tenido que aprender a manejarte en este lugar... se parece poco a nuestra capital.
El restaurante Teresita es muy bonito, está en el Hotel Villa María Cristina, donde te hospedas...hay bastantes comensales y eso habla de que es un buen lugar y se debe comer rico, ya tienes tu reservación y nos llevan a una mesa que está en el balcón y podemos disfrutar del ir y venir de la calle y su bullicio.
Excelente elección del vino... me sabe a gloria, sobre todo con tu compañía... te miro a los ojos y sostienes la mirada, eso me encanta, dices tantas cosas con tus ojos, mas que con tus palabras, es como si te conociera de hace mucho tiempo... eres alto y moreno... escucho tu conversación, nos reímos de tus ocurrencias, apoyas tu barbilla en tus manos con los dedos entrelazados en señal de toda la atención que pones a mis palabras, cuántas preguntas me haces, creo que no será una simple reseña, mas bien parece un severo interrogatorio... pero me encanta... el vino sigue fluyendo y llega el primer plato, tiene una presentación excelente y su sabor es aún mejor... El tiempo pasa volando, la comida estuvo deliciosa y el vino empieza a llegar a mi cabeza y ésta a mandar señales de SOS... es un placer sentir esta embriaguez suave que me envuelve y que me hace que me gustes aún más. Vemos la calle desde nuestra mesa, nos invita a ser recorrida y no queda mas remedio que aceptar... ¿Alguna vez soñé esto?... cuántas veces en esas noches de insomnio te ví, te sentí, pude escucharte hablar... pero no estabas... hoy estás aquí... me tomas de la mano y echamos a andar calle arriba, me maravillo de estos edificios, desearía me contaran sus historias, cuantas cosas vieron sus paredes, cuantas cosas han quedado grabadas por siempre sin ser repetidas... hablamos de eso, cuantas cosas sabes de historia, ¿será por que eres Doctor en este tema?... jamás olvidaré este paseo por todo lo que me explicas... ahora si Guanajuato cuenta su vida a través de tus palabras...
Hemos caminado tanto, volvemos calle abajo, hemos jugado; una ocasión tropecé y me tomaste en tus brazos... tan pegados que escuché tu corazón... rozamos tantas veces nuestros brazos, las calles pequeñas, el esquivar los carros nos acerca, cualquier pretexto es bueno para sentir nuestra piel acariciarse mutuamente.
No soy muy buena para orientarme, pero vamos rumbo a tu hotel... sonrío y tengo que preguntarte: ¿a dónde vamos?... me miras tan profundo que me estremezco... quiero enseñarte mi trabajo, la investigación que hago, me dices, con la que obtendré el grado dentro de 3 meses... tengo que hacerme la inocente y volver a preguntar: ¿dónde está?... obvia respuesta: en mi computadora, en mi habitación... ¿vamos?... ¿cómo puedo negarme?, es tu investigación, es importante para ti, tiene fotos, gráficas cosas que solo en tu computadora puedo ver, que está en tu habitación... precisamente junto a tu cama...
Unos 5 minutos antes de llegar al hotel está una nevería y apetece un rico helado después de tanto andar bajo este sol de la tarde que empieza a despedirse mandando sus últimos rayos y dejando llegar las sombras de la noche, que hacen que esta ciudad misteriosa se vuelva tan diferente... Guanajuato mágico y hechicero...
Finalmente estamos en tu habitación, tiene un hermoso decorado y huele a jazmín... es tu flor favorita. Junto a la ventana está un enorme escritorio, creo que era el que usó Hildalgo antes de morir... la verdad se ve muy viejo pero bien cuidado. Ahí esta tu pequeña computadora, libros por todos lados, en el piso, en un estante, hojas sueltas, notas hechas a mano...en una esquina casi olvidada está una fotografía, es una mujer muy hermosa con unos enormes ojos verdes, se mece en un columpio que cuelga de un gran árbol, es un bello paisaje, tu estás tras ella empujándola suavemente, ambos ríen dando la impresión de mucha felicidad. No tengo que preguntar: es mi esposa, murió hace tres años, un tipo ebrio se pasó un semáforo de una solitaria calle de la capital y casi partió en dos el carro donde viajaba mi bella dama y dos amigas, solo ella murió, me dejó un hermoso regalo que ahora disfruto enormemente y es mi hija de 13 años, Eleonora, como su madre.
No se que decir...el silencio y tomarte de la mano y apretarla con amor es mi única respuesta. Cambias rápidamente tu semblante y me invitas a sentarme frente a la pantalla, se abren ventanitas y muestran fotos, artículos, gráficas... tanta información que me mareas... o será el vino que de nuevo ha empezado a llenar mi copa y subir a mi cabeza... pregunto y viene una gran avalancha de explicaciones, me maravillo de lo enamorado que estás de tu proyecto... finalmente dices es suficiente por hoy... ¡Gracias Dios!
Quedamos en silencio...ambos sentados en una misma silla miramos solo el escritorio de la computadora... este silencio hace demasiado ruido...tu volteas primero...ahora tengo que hacerlo yo... nos miramos a los ojos y vemos nuestras almas... no se en que momento se juntaron pero nuestras manos están unidas...el silencio sigue gritando... la habitación es solo iluminada por la luz del monitor... el silencio grita mas fuerte... veo mas cerca tu alma...tu boca esta a dos centimetros de mi boca...el silencio eleva mas su voz... tus manos aprietan mas mis manos... el silencio se rompe con el ruido de tus labios en mis labios... el silencio se rompe con el acelerado latir de mi corazón...el silencio se rompe con lo agitado de tu respiración... el silencio se rompe con la unión de tu alma y mi alma....

Continuará...

viernes, 7 de agosto de 2009

Para Yeraldin

El hombre es sensible a tu lado emocional y ni uno mismo puede estar listo para una mujer si ella no provoca lo necesario, así puede creer que tu eres una mujer de verdad. Una mujer joven utiliza sus "armas", el cuerpo que puede ser atractivo. Tu no, tu utilizas todo: inteligencia, tu cuerpo, tu manera de mirar; así los hombres tienen el encanto por tí, atractiva para tener los cariños que nosotros los hombres buscamos.

Luiz Alberto
Sao Pablo, Brazil

miércoles, 5 de agosto de 2009

La felicidad

Poeta Manuel Acuña

Un cielo azul de estrellas
brillando en la inmensidad;
un pájaro enamorado
cantando en el florestal;
por ambiente los aromas
del jardín y el azahar;
junto a nosotros el agua
brotando del manantial
nuestros corazones cerca,
nuestros labios mucho más,
tú levantándote al cielo
y yo siguiéndote allá,
ese es el amor mi vida,
¡Esa es la felicidad!…
Cruza con las mismas alas
los mundos de lo ideal;
apurar todos los goces,
y todo el bien apurar;
de lo sueños y la dicha
volver a la realidad,
despertando entre las flores
de un césped primaveral;
los dos mirándonos mucho,
los dos besándonos más,
ese es el amor, mi vida,
¡Esa es la felicidad…!