Eran las tres de la tarde, el sol estaba radiante convirtiendo el mar en un hermoso espejo, sentada ahí en el camastro bajo la sombra de la colorida sombrilla miraba a lo lejos, al infinito horizonte del mar. Después de comer delicioso en el bufette del hotel, que mas se puede pedir a la vida que estar ahí en esa hermosa playa el 21 de diciembre. Si, su mirada estaba perdida, parecía hipnotizada por el suave ir y venir de las olas, pero su mente volvía al pasado y recordaba el 14 de diciembre, jamás lo olvidaría.... Cuando un sueño largamente acariciado se vuelve realidad es un dia de fiesta, es una alegría en el alma y el corazón, sobre todo éste que era tan especial para ella... una mujer de cuarenta y tantos tirada en la playa que puede estar pensando al mirar al horizonte? la hipoteca de la casa, la cercana jubilación, los hijos que casi se van, los sueños pendientes por realizar... mil cosas... pero ella solo recordaba el 14 de diciembre, solo lo recordaba a él... bello, sereno, tranquilo, enfundado en sus 32 años... recordaba sus dedos largos, su mirada, los besos tiernos, su cabello peinado con gel... y su olor, el rico olor de su piel mezclado con su loción y el olor del amor... el aire fresco del mar haciendo complicidad con su mente traía ese olor de nuevo, tan rico, tan presente que cerrando lo ojos casi lo podía tocar como fue aquella noche.Cada instante recordado traía a su cuerpo una corriente eléctrica, y estaba llena de esos recuerdos, 5 horas le regaló de su vida, 5 horas que fueron delicia de amor, que fueron plática de amigos, que fueron consejos de hombre, que fueron complicidad de pasiones, que fueron juegos compartidos, que fueron magia... mucha magia.
Ese hombre que critica energicamente el sistema político igual que a su equipo favorito de futbol, ese hombre que se apasiona por la música de rock pesado y el ska, ese hombre que se dice ateo, ese hombre niño se convirtió en una ternura, en besos de mordidas, en manos que volaban como mariposas, en besos en las manos, en chupar dedos y lamer orejas... ese hombre enorme que apenas cabe en la cama era la calma, era la palabra tierna, era caricia de cabellos y mejillas, era un sueño hecho realidad....
Fue un lujo verlo dormitar unos minutos después de la intensa pasión, sus ojos cerrados y la serenidad de su rostro fue un regalo, ver como el sudor de su pecho se fue secando en la habitación fría por el invierno pero ardiente por los cuerpos, su mano como se quedó sobre su vientre y la otra sobre el vientre de ella, escuchar su respiración pausada, tranquila... no podía dejar de mirarlo y sentirlo... y ahora solo cerrando los ojos y sintiendo la brisa del mar podía evocar ese instante y sonreír para si misma... ese era el mejor regalo de navidad... 5 horas de su vida...
Que pasa dijo al despertar y la jaló contra si, se acomodó tras de ella y volvió a iniciar la danza, volvieron los besos de mordidas, las manos que vuelan, las piernas entrelazadas, el susurro, la agitación y la pasión acelerada a invadir el espacio... ya te quiero sentir decía... y de nuevo su cuerpo se llenó de sudor y al compas del deseo explotaron en el extasis que da el encuentro de dos cuerpos unidos y dos almas que se identifican en un instante, en un tiempo, en un placer infinito... ambos cayeron rendidos, ella se recostó a su lado y sus piernas quedaron sobre la pelvis de él, mientras hablaban ella pasa sus manos por su pecho, por su cabello, por su cara y a momentos le daba besos en las mejillas, en los hombros, donde pudiera alcanzarlo... él acariciaba sus piernas, sus manos llegaron a sus pies y con delicadeza como si fueran de cristal, tocaba cada uno de sus dedos, subía por los tobillos y volvían a bajar... cuanto tiempo pasó... quien puede decirlo... pero llegó el momento de irse... Cuándo nos escapamos? habia dicho él tantas veces, cuando tu quieras decía ella porque pensaba que solo era juego y cuando él puso fecha y hora el corazón de ella latió con fuerza y su ilusión creció... ella solo habia dicho voy a la playa, que sea antes de irme para estar feliz recordándote frente al mar... ahora así lo hacía, estaba ahi sintiendo cada detalle que pasó, cada momento... el sol se despide en el horizonte, en unos segundos puede ver como desaparece y el mar va quedando oscuro, una lucecilla de un barco a lo lejos sirve para ver la línea entre el mar y el cielo... ella está feliz de estar ahi en su amado mar, viendo la orilla espumosa de la playa y recordando a su hombre niño... a su papi chulo como siempre le ha dicho... antes de recoger sus cosas para volver al hotel, se pone de pie, echa una última mirada al mar y dice en voz baja... gracias por darme 5 horas de tu vida... TQM