Eres un sueño, me llevas a viajar tan lejos de ida y vuelta en un minuto. No tienes idea el placer que me das, lo bien que me haces sentir. Tenerte así tan cerca, tan mio en ese momento es la gloria, amor. Te vuelves miel, eres tan delicado, tan tierno. Sentir tus brazos, tocar tu pecho me llena tanto. No sabes el placer que me das.Me encanta tu forma de hablar, tu voz, tu respiración. Tu cabello recortado, tus orejas que puedo morder, tus ojos que puedo besar...eres un sueño. Me encanta quedarme con tu olor, con el sabor de tus labios y tu aliento. No sabes el placer que me das.
Me gusta tanto como me hueles, como si quisieras quedarte igualmente impregnado de mi como yo de ti. Adoro tus besos mordelones que me das sin escatimar, que recorren mi cara, mi cuello, mis brazos. Me encanta sentir tus brazos que me rodean y me jalan hacia ti con fuerza. No sabes el placer que me das.
Me encanta tanto esa forma como me tratas, con esa ternura, como, al instante que me ves, me abrazas con tanto cariño, paseas tus manos por mis brazos suavemente, los besas despacio y dices que mi piel esta calientita. No sabes el placer que me das.
Estar ahi simplemente sentados en la sala, con caricias y charla, con besos y miradas, con realidad y fantasía, es para mi un regalo de Dios, un oasis en medio del desierto de la vida. Esta hora que me diste hoy te la agradezco infinitamente, la valoro tanto, la soñé tanto...no sabes el placer que me das.
Es maravilloso perderse contigo, donde no hay edad, no hay tiempo...donde solo soy una mujer. La forma en que me miras me hace sentir el cielo en la tierra, me recuerda que Dios existe y me manda este regalo, este precioso instante que me dedicas, solo a mí, donde yo puedo ser libre, donde puedo hacer lo que yo quiera contigo, donde no me importan los pensamientos ajenos, los prejuicios o las promesas, solo estamos juntos en este mundo tuyo y mio. No sabes el placer que me das.
Adoro ese instante donde te quedas recostado en mi pecho y nuestras manos se entrelazan y nuestro dedos se acarician, se buscan, se entienden. Este momento donde tu respiración se vuelve pausada, como la de un niño durmiendo y el sudor de tu frente se seca, abres tus ojos despacio y me miras de una forma que no puedo explicar. No sabes el placer que me das y que me llevaré hasta el día que me muera.
Gracias por el placer que me das, te quiero tanto que no sabes pero sientes.
Gracias Dios

