Sueño con tu piel
convertida en luz de luna y seda,
sueño con tus palabras
convertidas en arrullo a mi oído,
sueño con el aliento de invierno
que exhala tu boca
y con tus manos nómadas en mi geografía.
Te recuerdo Alma
en lo traslucido de tu impacto,
y recuerdo la pobre mía
desdoblada al cielo
rozando la tibieza del infierno
Recuerdo hundirme dulcemente
en el pequeño océano de tu amor,
donde naufragué a la realidad
de ver tu silueta
perderse en el horizonte,
donde aún sediento por ti espero.
Regalo de José